miércoles, 25 de febrero de 2009

Campo de Golf de Varadero

Campo de golf de 18 hoyos, par 72.

Para noveles y experimentados jugadores, si bien los principiantes pasaran algún que otro apuro con los obstáculos de agua, abundantes en la segunda parte del recorrido.

Magnificas vistas, entorno paradisiaco, lugar en el que desconectar de la rutina diaria, refugio de paz y evitando la temporada alta un auténtico placer para disfrute de unos pocos.

A los que queráis iniciaros o perfeccionar vuestra técnica os recomiendo que contactéis con los profesores Idolio o Guillermo que por un módico precio estarán encantados de ayudaros.


Lugar para disfrutar solo o en compañía de un buen amigo con el que comentar la mejor manera de aproximarnos al hoyo.

Consejo: evitad la temporada alta, los hoteles de alta gama como Meliá Américas incluye en su paquete un green fee diario. En esta época armaros de paciencia para soportar interminables partidas de asiáticos que os retrasarán en vuestro juego.
Os paso el vinculo de un vídeo promocional de Sol Meliá colgado en youtube, echadle un ojo seguro que os gusta el campo:

http://www.youtube.com/watch?v=HM5ZMIruzCw

Las mejores opciones de alojamiento con golf: Meliá las Américas, Meliá las Antillas o Meliá Varadero.





Punto mágico: Te deslumbrará la belleza del hoyo 8, par 3, siempre muy trabajado por el viento, normalmente del este. El tee de este hoyo se encuentra situado dominando el océano, con sus tonos azules y su mar calma, se adivinan los fondos, a veces hasta un pez de grandes dimensiones nos muestra su tranquila sombra sin saber que está siendo observado.

Como llegué al campo de golf?
Pues eso mismo me preguntaba yo, un deporte que nunca me había atraído, jamás me planteé practicar este deporte.

Un día mi gran amigo Manolo me pidió que le acompañara al campo de golf, tenía que encontrarse allí con Chopi, el caddie master, para renovar su abono anual.
Paramos en el driving range, las 12 del mediodía. Sacó un par de palos de su bolsa y allí mismo, aprovechando las bolas que habían quedado sin recoger, me enseñó como agarrar el hierro y golpear la pelota.
Desde ese mismo momento quedé enganchado.

Mi primer cursito con Idolio, que me enseñó lo básico, el segundo para pulir defectos y corregir vicios con Guille, ex¬taxista que consiguió hacer de su hobby su labor diaria y su sustento, con su sempiterno puro en la comisura de los labios.
Dos maestros cubanos, listos para batirse en las grandes ligas. Conformándose con el torneo de socios del club y un tope anual con un grupo de jugadores amateur y pros canadienses.

Ahí empieza mi andadura en el golf.

Mi primer equipo, una mezcla genuina de reciclaje, regalos y un juego de hierros chinos.
Siempre que encontraba un hueco en mi horario de descanso me iba a dar una vuelta al campo. Normalmente hacía los 9 primeros hoyos, de menor complejidad técnica que los hoyos de la segunda vuelta, donde abunda el agua.

Normalmente el score abultadísimo, salvaba el día algún que otro golpe de los que sentirse orgulloso o un birdie, aunque en el hoyo siguiente hiciera +4 o el día aquel que me jugué con Manolo una caja de cerveza al birdie en el hoyo 8. Jamás la pago, pero el birdie en sí era más valioso que todas las cajas de cerveza del mundo.

Forget the score, keep the swing

Objetivo: romper la monotonía, olvidar los problemas por un rato.
Objetivo: Conseguido a diario.

Gracias Idolio, Guillermo, master Gómez, Eugenia por ayudarme con vuestros trucos a recortarle puntos al campo.

Gracias Manolo por introducirme en este bello mundo.

Gracias campo de golf de varadero por ser mi vía de escape, mi refugio del diario, mi prozac de por vida.

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