lunes, 23 de febrero de 2009

Cuevas de Bellamar


Las Cuevas de Bellamar se encuentran en la costa norte de Cuba, a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad de Matanzas.

Fueron descubiertas, según tengo entendido en la finca propiedad de un tal Manuel Santos de Parga en el año 1863 de manera casi accidental.
Uno de sus esclavos estando realizando labores en el campo perdió su herramienta de trabajo, creyendo éste que se la había tragado la tierra avisó a su señor que se dirigió allí con un grupo. Comenzaron a cavar donde les indicó el esclavo y allí surgió la entrada a las Cuevas de Bellamar.

El Sr Parga vio desde un principio el provecho económico que podía sacarle a este descubrimiento iniciando así las obras de acondicionamiento de la cueva para su uso turístico.

Fue bautizada como cueva de Parga, dueño de las tierras en que se encontraban estas formaciones. Posteriormente y debido a su cercanía con la playa de Bellamar pasaron a llamarse de este modo.

Las galerías y pasadizos de estas cuevas comenzaron a formarse hace unos 30 millones de años.
En estas cuevas encontramos estalactitas, estalagmitas que a veces se unen formando espléndidas columnas. Otras veces las filtraciones a través de las rocas forman cascadas congeladas en el tiempo.

Lo más interesante de las Cuevas de Bellamar, por salirse de lo común, es que en ellas hay formaciones cristalinas de aspecto transparente y brillante. Debido a que después de haberse secado estas salas, volvieron a inundarse. Dejando las formaciones impregnadas de cristales de sal. Estas formaciones las conoce el pueblo como dulce de coco, por su apariencia similar a este apreciado dulce típico de la gastronomía cubana.

La superficie explorada de esta cuevas de se extienden hacia el este y el oeste es de 3225 metros aunque se estima que su superficie total puede alcanzar los 20 kilómetros.

Dedicado a Rode.

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