Impresionante, temporada alta en varadero, los hoteles llenos de gente, rozando un 100% de ocupación y aun así tenemos una playa entera casi para nosotros, caminamos un poco a derecha o izquierda del hotel en el que nos hayamos alojado y listo, toda la tranquilidad que estabas buscando al alcance de tu mano.
En el mar los pelicanos se zambullen buscándose las papas, nadie alrededor, solo con mis pensamientos disfrutando del discovery channel en vivo.
Me traen al recuerdo las imágenes de Pancho, un pelicano viejo habituado a la presencia humana, quizás demasiado mayor ya para pescar y tal vez por eso asociado a los pescadores de la marina Chapelín que lo acostumbraron a alimentarse en sus barcos para disfrute de turistas. Curiosa simbiosis esta, perturbada solo por el temor de que el peso de Pancho, al posarse, pueda doblar irreversiblemente un cañero del barco.
Antiguas casa de playa de tiempos de ricos y pobres, convertidas hoy en su mayoría en restaurantes o integradas en las estructuras de algún hotel.
Que tiempos aquellos en los que para llegar a varadero no había más
Debió ser realmente impresionante, con sus aguas vírgenes, su salina, su reserva natural…
Esperemos que se desarrolle con cabeza y no se convierta en el Benidorm del Caribe.
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